En este libro, Claire Polo analiza de manera profunda la mecánica argumentativa de las discusiones desarrolladas entre adolescentes de escuelas en México, Estados Unidos y Francia. ¿Cómo fomentar un debate constructivo? Se trata de un problema esencial, tanto técnico-científico como socio-económico, que no tiene solución predefinida. A través de un fino estudio lingüístico, este trabajo subraya que, para lograr una controversia efectiva, es necesario combinar los conocimientos con otros recursos cognitivos: los valores y las emociones. Más allá del alumno, abarcar a la persona entera; más allá de cumplir con la tarea, pertenecer a un grupo. Cuando las dinámicas de identidad y de relación son favorables, el razonamiento colectivo emerge y se amplían las opciones del diálogo. Quien busca sacar provecho de la interacción humana -para entender un problema complejo, compartir o imaginar alternativas-, encontrará aquí buenas pistas teóricas y prácticas. Al atender intensa y rigorosamente a la construcción de la opinión juvenil y su expresión verbal, esta obra resulta muy útil para reflexionar sobre el aprendizaje de la democracia.

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